Pero así es la ley: El mundo es juzgado por su mayoría y el individuo es juzgado por su mayoría. Aquel que hace buenas sentencias lleva al mundo a una escala de mérito. Y si la persona comete un pecado, se sentencia ella misma y al mundo entero, a una escala de pecado. Es por esto que se dice: un pecador destruye mucho.
Por lo tanto, la ley de la naturaleza establece que todas las personas en el mundo son responsables una de la otra, y que cada persona, con sus hechos, lleva al mérito o pecado al mundo entero.
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