Estos dos conceptos se revelan simultáneamente. Antes de eso, nosotros estamos en el nivel de conciencia animal, como se nos dice: “Todo el mundo es como un animal mortal”. Pero un “humano” comienza a partir de este momento. Un ser humano es aquel que se eleva por encima de la razón. Nosotros obtenemos la razón de la naturaleza, y “por encima de la razón” está lo que es superior.
El Creador está por encima de la razón. Aquel quien tiene esta oportunidad es llamado un “humano”, Adam significa “semejante al Creador”, y mientras más amplio sea el espacio está entre la razón y la fe por encima de la razón, más elevado será el nivel del hombre.
Una persona no sabe de antemano lo que es fe por encima de la razón. Él no tiene control sobre su revelación: Esta es dada desde Arriba, como una ayuda del Creador. Aunque, por supuesto, este es un resultado de un total y completo esfuerzo de la persona, y exige realizarlo por completo. Pero cuándo y cómo sucederá, la persona no lo sabe.
Él solo siente que avanza: entiende más, siente más, comienza a ser más inteligente, puede controlar de alguna manera lo que está sucediendo, y analizarlo más profundamente. Sin embargo, él no tiene una sensación espiritual, un nuevo deseo, con el cual podría sentir y entender al Creador. Y en consecuencia él avanza hasta que llega al comienzo, al grado cero y desde allí, de a poco empuja hacia adelante, hacia esa dimensión superior.
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