Todos los textos cabalísticos tienen el propósito, dado por los cabalistas, de transmitir inspiración e impresiones entre los amigos, así como el conocimiento de la conexión de la red entre las almas en las cuales existen. El objetivo de esto es revelar la fuerza superior, al Creador, más rápido y acercar otras almas a la corrección.
También podemos usar estos libros sin siquiera saber o entender lo que los cabalistas se escribieron los unos a los otros, porque cada uno de ellos escribe en su propio nivel. Pero cuando los leemos como niños pequeños, aspirando a encontrar lo que escribieron ahí, lo que ellos quieren transmitirse unos a otros, lo que ellos quieren describirnos, cuando abrimos estos libros de grandes cabalistas deseando volvernos similares a ellos en unidad y otorgamiento, es decir unirnos con ellos, unirnos al sistema de las almas donde ellos existen en una conexión de unos con otros, tomar nuestro lugar entre ellos, reunirnos en el mismo circulo; entonces, con la ayuda de los manuscritos, merecemos acercarnos a ellos.
Esto es así porque los textos cabalísticos contienen su fuerza, sus pensamientos. Y si deseamos unirnos en ellos, entonces al tratar de unirlos unos con otros y al leer sus textos juntos, estamos pidiendo entrar al sistema y unirnos al estado en el que ellos están.
Por eso, mientras leemos El Zóhar, debemos tratar de no olvidar que con la ayuda de estos textos, queremos corregirnos e incluirnos en el mismo sistema que ya contiene las almas y nosotros somos los únicos que faltamos allí en esta unidad. Llegamos ahí una vez que nos conectamos unos con otros y deseamos entrar en el mismo sistema donde todos los grandes cabalistas ya residen. En esencia, este estado ya existe ahí y solo estamos buscándolo. Después de todo, El Zóhar habla acerca de nuestro estado futuro, el cual alcanzamos y al cual nos unimos.
Entonces vamos a imaginarnos en el sistema común de las almas, entre estos grandes cabalistas, ¡Vamos a pedirlo!
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