lunes, 25 de julio de 2011

En la zona neutral entre el bien y el mal

 No tenemos ninguna libertad de elección en este mundo. Este es un mundo de resultados, y esto es lo que lo hace tan diferente al mundo espiritual, porque cuando una persona se eleva hacia allí, después de haber alcanzado un nivel espiritual, obtiene la libertad de elección en el pensamiento, la decisión y la acción. Esto se debe a que este contiene todas las fuerzas, mientras que nuestro mundo contiene sólo sus resultados.
Aquí ya recibimos las imágenes ya hechas y no podemos cambiar nada en ellos. Si queremos actuar por nuestra cuenta, tenemos que elevarnos al nivel espiritual, al nivel de la libre elección, al nivel de las fuerzas. Cuando revelamos estas fuerzas dentro de nosotros y las sentimos (teniendo en cuenta que todo se revela sólo en el interior de una persona), entonces obtenemos la habilidad de actuar por nuestra propia y libre elección y de decidir por nosotros mismos qué fuerzas activar, estas u otras.
Este trabajo se llama el trabajo del Creador. Después de todo, al ganar la habilidad de tomar la decisión correcta en todas sus acciones, él gradualmente sustituye al Creador en el control de las fuerzas de la naturaleza. Así es como poco a poco alcanza un punto en el que toda la realidad está bajo su poder.
Él constantemente revela nuevas fuerzas, como si esto sucediera en una forma libre. Después de todo, hay solamente dos autoridades: la del otorgamiento y la de recepción. Estas dos fuerzas vienen del Creador, pero ¿dónde está el hombre aquí?
El hombre se encuentra entre estas dos fuerzas, que actúan sobre él en perfecto equilibrio. Él se encuentra en la zona neutral, la cual no depende de la fuerza del otorgamiento o de la fuerza de la recepción. La fuerza de otorgamiento se llama “santidad” y la fuerza de recepción se llama “impureza”, porque es egoísta. Y la parte neutral no pertenece a ninguna y se llama Klipat Noga.
En este estado, en el cual la persona no sabe exactamente “en qué lado” está la verdad: En el lado de la fuerza egoísta (Klipa) o en el lado de la santidad (otorgamiento), él se encuentra exactamente en el medio de ellas, y gana la libertad de elección.
Pero surge una pregunta: ¿Cómo es posible elegir si estás exactamente en la mitad de la escala y tienes posibilidades absolutamente iguales en ambos lados: 50/50, y este es un cálculo exacto, correcto? Después de todo, la persona no siente que está siendo sobornada en ninguna manera ni que está mintiéndose a sí misma. Así que ¿cómo puede elegir qué camino tomar, en virtud de avanzar en la vida: tratar de recibir más y más para sí misma, o alcanzar no obstante alguna forma espiritual, el otorgamiento?
Esta elección es lo que discernimos, al trabajar en el entorno. Después de todo, la persona no sabe qué elegir y se queda con esta pregunta. Pero si él realmente quiere tomar la decisión correcta, entonces tiene que situarse en el entorno adecuado. Y entonces el entorno le ayuda a ver dónde está la verdad.

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