El Libro del Zóhar habla sólo de lo que está sucediendo en la red que conecta las almas. La suma total de todas estas conexiones entre nosotros es llamada “el mundo de arriba”, cuyas imágenes son descritas por El Zóhar, incluidas las fuerzas, las Luces, las diversas formas e imágenes. No hay nada más que imaginar porque allí estamos viviendo.
Cada uno de nosotros es un deseo de disfrutar, y fuera de cada uno de nosotros, en las conexiones entre nosotros está el mundo superior, lleno con las Luces. Por lo tanto, tengo que “envolver” mi deseo de disfrutar, cubrirlo como si lo dejase en la sombra, realizar una restricción sobre él, y crear una pantalla y la Luz reflejada, y luego existir fuera de él, en mis relaciones con los demás.
Esto es exactamente de lo que El Zóhar nos habla: que forma o imagen debo asumir en relación con los demás. Si hago esto, entonces revelo todo lo que leemos en El Zóhar. De lo contrario, estoy dentro de mí, en mi deseo de disfrutar, y siento sólo este mundo.
Podemos percibir esto, ya sea dentro de nosotros o por encima de nosotros, por fuera de nosotros. “Por fuera de nosotros” se refiere a la actitud con los vecinos, donde “un vecino” es la gente con quien quiero construir una red de conexión. Esto se llama “el grupo”. Si me relaciono con todo el mundo de esta manera, entonces el grupo es todo el mundo.
Mientras se corrigen mis cualidades, si deseo revelar la fuerza que creó todo, entonces lo revelo de acuerdo con la ley de equivalencia de forma. Tan pronto como mi red se conecta con los demás, adquiere una forma espiritual, una esencia espiritual, el verdadero otorgamiento mutuo, el grado de garantía mutua incluso en la primera etapa, y luego dentro de ella, inmediatamente siento al Creador.
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