Es una forma de conexión entre los elementos, entre las almas particulares que están rotas y que desean juntarse a pesar del ego que hay entre ellas, y de ésta manera, nosotros debemos ver cada estado, cada guerra, cada problema y cada conflicto que existe, relatados en cada escalón, en cada situación por la que atraviesa la persona. Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés, etc., son en definitiva, nuestras luchas a favor o en contra de nuestra conexión con el prójimo, con vínculos de amor. La persona no tiene ningún otro tipo de luchas, sólo las que toda la Torá nos relata. Porque "ama a tu prójimo como a ti mismo" es una regla, y no necesitamos nada más que esto para reparar nuestra alma quebrada.
Clase matutina, parte I, minuto 15:00
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