- Si no hubiera existido el ocultamiento, la persona no hubiera podido expresarse.
- La presente sensación sobre nosotros mismos es una sensación falsa, porque la sensación de restricción, de separación de alejamiento, se puede sentir sólo si tú te hallas en contra de algo, por lo tanto es imposible decir que nosotros existimos.
- Hasta que el creado sea capaz de dominarse, restringirse y pasar el Majsom (barrera), no se puede llamar creado.
- En la realidad no podemos adquirir la importancia del Creador por ahora, porque no podemos obtener la importancia de nada si lo abrimos, sino más bien si lo cerramos ante nosotros.
- Nuestra importancia hacia alguien o algo es sólo debido a que está oculto. Y en la espiritualidad de hecho nos abrimos a nosotros mismos, y los demás necesitan hacer ocultamiento sobre sí mismos, y de esa manera podrán recibir algo – éstos son los lazos entre el maestro y el estudiante.
- Cometemos un error y pensamos que necesitamos revelar al Creador por nosotros mismos, pero eso no sucederá nunca. Debe emerger la restricción, el deseo de ocultarlo de todas las distinciones que nos puedan llegar, con la condición que podamos ocasionarle complacencia. Y entonces nuestro Kli (vasija) se convierte en vasija de ocultamiento, en Su beneficio. De este modo comienzan a revelarse en Él imagen del que da. Y cuando anhelamos después de otorgar sin ningún atavío en nuestros Kelim, comenzamos a alcanzar qué es la espiritualidad. Debo llegar al estado en que el ocultamiento sea muy apreciable para mí, que se convierta en mi relación hacia los demás, hacia todos. Sobre la pantalla de ocultamiento debo construir el nuevo mundo, que esté todo ilustrado, intrincado dentro de la importancia que le doy a cada fenómeno. Y si hago así, trabajo progresivamente frente a mi ego y comienzo a comprender cómo recibir, pintar la espiritualidad – porque ella se halla en mi interior.
- El prójimo es importante porque en el trabajo respecto a él yo fijo sobre mí mismo mi figura.
- La dimensión puede estar sólo entre dos cosas opuestas, de naturaleza opuesta. Y por lo tanto hasta que el creado se estabilice a sí mismo y se mida a sí mismo en relación al Creador, no tiene la posibilidad de saber en qué lugar se encuentra.
- Todas las mediciones son en relación a la figura del Creador, del Otorgante, que podemos estabilizar para nosotros. Y podemos construir la imagen del que otorga en nuestro interior con la condición de que nos ocupemos de la restricción, el otorgamiento y el ocultamiento hacia el prójimo. Por lo tanto se nos dio el criterio – el grupo, que hacia él podemos medir cada instante a los estados en los que nos encontramos.
- Toda la impresión es captada por nosotros, no mientras la recibimos sino cuando nos desconectamos de ella. Porque el descubrimiento de la carencia que queda después del llenado y la intención que desaparece, construyen las carencias y los nuevos Kelim para comprender en qué estado estuvimos.
- Todos los deseos que debemos corregir no son en relación al cuerpo ni el entorno egoísta, son solamente hacia el entorno con el que llegamos a la Arvut (garantía mutua).
- Nadie tiene un deseo privado, el deseo se encuentra en todas las demás almas, seres humanos. Y la persona no puede concluir su trabajo personal hasta que concluya su inclusión en cada ser humano. Este hecho no está revelado en nuestra situación, porque si hubiera sido revelado hacia nosotros, nos abstendríamos de realizar cualquier acto.
- Cuando descubrimos la espiritualidad descubrimos que no hay aquí ningún individualismo, y el trabajo que cada uno hace pasa para todos y en la práctica es a cuenta de todos.
- Nosotros hacemos cuentas sólo con el colectivo; es imposible determinar si es bueno o malo excepto por lo que le origina al colectivo – el avance hacia la Meta de la Creación o su aplazamiento.
- No tenemos ninguna posibilidad de alcanzar la espiritualidad sino en la medida en que todo el tiempo procesemos nuestros Kelim para que estén a cada instante más cercanos al sentimiento y compresión de lo que es otorgamiento. El cambio necesita pasar por nuestros Kelim. Por lo tanto cada instante que dedicamos a eso, avanzamos.
- Depende de la persona si piensa que su avance es individual o de todo el mundo. Actualmente el progreso hacia la Meta de la Creación es ya de todo el mundo, no como fue en otra época en que sólo hubo un grupo o estudiante. Por lo tanto a través de su actividad la persona adelanta también al grupo mundial y a todo el mundo hacia la corrección. Si la persona se ocupa en algo en base diaria, puede ver que se progresa por sí mismo. Su propio avance será medido en la medida que contribuyó a los demás. Y además debemos tratar que en cada día que damos estado de ánimo, influyamos, será levemente de más calidad que el día anterior.
- Nuestro rol hacia el mundo es que lo adelantemos, y nuestro avance depende del progreso del mundo. Debemos invertir en ello, pero no a cuenta de la interioridad, sin embargo no avanzaremos en interioridad sino invertimos en el mundo. Todo debe ser una totalidad.
- Arvut es la fuerza de otorgamiento recíproco sin la cual no hay existencia. Pero no nos ayudará llegar a la Arvut si no está dirigida en beneficio del Creador – hacia el otorgamiento concluyente, que debemos descubrir entre nosotros. Y ése podrá revelarse sólo si nos conectamos a los libros originales de la Cabalá, de otro modo la conexión será defectuosa, semejante a lo que pasó en los kibutzim (granja colectiva en Israel) y en Rusia.
La Cabalá nos enseña que todos estamos destinados a recibir el placer y vivir una vida próspera y usted descubrirá cómo. ¿Por qué nací así y cuál es el significado de mi vida ¿Cuál es el universo en que vivimos y las leyes que lo rigen ¿Qué es un enfoque práctico para vivir una vida plena y feliz ¿Qué puedo hacer para realmente hacer de este mundo un lugar mejor ¿Cómo puedo cumplir con mi destino en esta vida
domingo, 24 de julio de 2011
Reflexiones del día 21.07.11
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