Cada vez que llega a conocerse más a sí misma, en esa misma medida se esconde. Así es como llegamos a este mundo, el más bajo y el más oscuro de los mundos, es decir, el más oculto para nosotros. Y desde aquí, desde esta oscuridad, comenzamos a revelar los deseos y la Luz para ascender de vuelta.
Maljut tiene dos deseos: volverse similar y adherirse a la raíz, pero al mismo tiempo seguir siendo independiente y autosuficiente. Y la independencia es posible sólo cuando hay resistencia. Es por eso que esta acción se llama “acoplamiento de golpe” (Zivug de Haka’a).
El deseo de alcanzar la raíz significa acoplamiento (Zivug). Y el golpe (Haka’a) resulta del deseo de preservar la independencia de uno, de no llenarse con la Luz para beneficio propio, sino sólo para otorgar. Entonces, se considera otorgamiento en lugar de recepción.
Tenemos que identificarnos con Maljut del Infinito puesto que somos sus partes. Esto significa que tenemos que querer actuar como ella, dar placer al Anfitrión al igual que Él quiere darnos placer a nosotros. Nunca debemos olvidarnos de Maljut del Infinito, porque estamos incluidos en este punto y existimos permanentemente en ella.
No importa donde estoy (a solas, en grupo, o durante la difusión), siempre estoy en el punto de Maljut del Infinito, que ha decidido ser un dador, como el huésped en relación con el Anfitrión. Es por eso que no importa lo que hagamos, tenemos que adherirnos a este punto. Y todas nuestras acciones son con el fin de complacerlo a Él, como Él nos complace.
Pero, ¿cómo sé que Él me da placer? Allí, en este punto, Maljut ha revelado esto. Y mientras aspiro a ello, me incluyo en ella y revelo esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario