Respuesta: Si somos egoístas y deseamos seguir siéndolo, la crisis es sin duda, un problema relacionado con la interconexión global entre todos los países, estados y naciones del mundo. Pero si somos conscientes del propósito de nuestra evolución (la cual es nuestra unidad y revelación de la presencia del Creador en ella) y deseamos de alcanzarlo, experimentamos la emergente globalización como un estado deseable y entendemos por qué es necesaria.
La clave está en distinguir entre 1) la manifestación del mundo entero como un solo sistema, que se origina en la naturaleza y 2) la humanidad egoísta (un tumor canceroso en el organismo del mundo) que se manifiesta a causa de nosotros y el cual somos capaces de reformar. De lo contrario, la naturaleza hará que lo hagamos por la fuerza (sufrimiento).
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