Respuesta: Imagina una hoyo en la tierra que llenas con agua. De la misma manera cada detalle, elemento, protuberancia y abolladuras de la tierra están llenos con la Luz, de acuerdo a sus cualidades.
La Luz no hace ningún cálculo con el deseo. Sencillamente lo llena y brilla para él, despertándolo por dentro. Y de acuerdo a eso, el deseo siente lo cercano o lejano que está de la Luz en ciertos detalles de percepción.
Por ejemplo, la Luz que recibo se incrementó en 10 vatios. En consecuencia, en cada una de mis cualidades y en cada deseo, surge un nuevo pensamiento, un nuevo análisis de la situación, y hago un nuevo cálculo.
Pregunta: ¿Entonces resulta que la Luz no es una función, sino que todo está determinado sólo por el deseo?
Respuesta: La Luz es invariable. Todo depende de mi deseo y de sus formas. Cuando está lleno de Luz, no siento la Luz en sí misma, sino la reacción del deseo, todas sus fibras. De esto se trata la Luz para mí.
Pregunta: ¿Entonces que parte de esto depende de mí?
Respuesta: Trabaja con la intención. Nosotros no cambiamos los deseos, sino la intención. Y solo eso. No me importa cuales protuberancias o abolladuras están presentes en el hoyo que voy a llenar con agua. Ellos permanecerán como están, mientras que mi tarea es llenarlo.
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