Esto significa que con todos nuestros
trabajos en la Torá
y los mandamientos, nosotros queremos que nuestra recompensa sea el sentir la
grandeza del Creador. Y todas las oraciones que rezamos deberían ser para
“elevar a la Shejiná del polvo”, puesto que el Creador se oculta de
nosotros debido a la restricción que se llevó a cabo y nosotros no podemos
evaluar Su importancia y Su grandeza.
Y por esta razón la persona debe tratar
de no olvidar la meta mientras estudia la Torá y de mantener constantemente
ante sus ojos que ella quiere recibir esto del estudio, que el estudio influirá
en la grandeza y la importancia del Creador que, por medio de éste, ella será
capaz de acercarse al Creador, a fin de ser capaz de darle alegría a Él, puesto que
el Creador es importante y ésta será su recompensa y ella no querrá ninguna
otra recompensa a su labor”.
Es así como se determina el tipo de trabajo
correcto: trabajar por la grandeza del Creador, y darle alegría a Él sin ninguna
consideración por uno mismo, pero sólo con el fin de ser llenado para otorgar.
Esto sólo es posible al otorgarles a los demás, al preparar la vasija general
completa para la revelación del Creador. Es imposible hacerlo directamente,
puesto que no tenemos contacto con la Luz a excepción de una opción, que ésta se revele con nuestra
ayuda en las vasijas corregidas.
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