El amor no puede ser revelado en un estado limitado. Nosotros no
sabemos qué es el amor verdadero, pero eso no hace que la propiedad sea
contraria a ninguna restricción, frontera, ni límite.
Por eso, la preparación del deseo de revelar al
Creador es adquirir la propiedad de otorgamiento. Y hay una condición más:
¡tenemos que ser capaces no sólo de sentir al
Creador, sino también de entenderlo a Él! Para ello, necesitamos tener una
vasija ilimitada. Por eso nuestro otorgamiento debe manifestarse de dos maneras:
en los sentimientos y en la mente
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