Parece que el mundo está lleno de
conflictos, guerras, odio y problemas, aun cuando podríamos arreglarnos entre
nosotros mediante la cooperación y el mutualismo, eventualmente todo está
dirigido hacia una cosa: Incluso en la situación actual todos estamos
sirviéndonos a todos. Es muy difícil aceptar esto y aun así es la forma en que
son las cosas. La relación entre nosotros puede parecer poco placentera y
horrible, pero aun así cada uno les sirve a los otros.
Por supuesto, no
podemos aceptar esta forma de llenado; al contrario, podemos sostener lo mismo
de una manera más rápida, mejor, y más cómoda. Aun así tenemos que aceptar la
Providencia Superior: no importa lo que suceda, todo sucede por el propósito de
la corrección mutua.
Pregunta: Hoy escucho en las
noticias que los líderes Iraníes quieren destruir Israel ¿Tengo que decirme a mí
mismo: “eso es bueno, esto nos sirve”?
Respuesta: Sin duda nos sirve,
pero podríamos aceptar la fase actual de nuestro desarrollo de una manera más
placentera y confortable si nos relacionáramos correctamente con lo que está
sucediendo. El problema está en nosotros, en el pueblo Judío y así evocamos sobre nosotros específicamente
esta forma de presión externa en lugar de una actitud amistosa.
Las fuerzas de
desarrollo son expresadas de esta manera ya que no nos estamos preparando para
aceptarlas correctamente ¿A quién más culpar excepto a nosotros? De aquí surgen
todas las acusaciones en contra de los judíos.
Después de todo, la
iniciativa está en nuestras manos, tenemos el método y alrededor de nosotros
están los deseos que gritan: “¡¿por qué no traen la corrección?!” En vez de
venir con presentes y señales de amor, se aproximan con amenazas ya que no les
damos lo que necesitan.
En general, el mundo
está equilibrado y ese es el mundo de Ein Sof (Infinito). Si hacemos
que pierda su equilibrio al no juzgar al mundo en la escala del mérito, entonces
la escala de culpa crece, al no cumplir con nuestra obligación. Rav Kook escribe
acerca de ello: Si es imposible hacer sonar un Shofar kosher de
redención, vienen los enemigos de Israel, Amalek, Hitler, etc. y lo hacen sonar
en nuestros oídos y evocan la redención. Él dice que Amalek,
Hitler, etc., evocan la redención.
Más adelante él
dice: La nacionalidad también es parte de la vara de los “problemas de
los judíos”, aquí también vemos redención, pero no podemos bendecir este
Shofar.
“No puedes
bendecirlo”, pero también es un Shofar
Todo el punto es que
estamos en el mundo de Ein Sof, y somos los que determinamos cómo
aparecerá ante nosotros, cuales partes de este nos parecerán “blancas” y cuales
“negras”. Así que no hay nada por qué llorar. Ahmadinejad nos despierta para
llegar más rápido a la conexión. En adición la crisis global nos
empuja. Si comenzó en algún lugar distante y ha llegado a nosotros, quiere decir
que estamos retrasados en nuestro desarrollo, en nuestra habilidad de presentar
el método de corrección a las naciones del mundo.
Lo peor es que
subconscientemente esperamos que como resultado de los problemas nos entiendan,
en vez de correr hacia ellos para explicarles de todas las formas posibles la
solución al problema. No nos preocupamos por ello como deberíamos. Tenemos
mucho por hacer, pero actuamos irresponsablemente, sin sentir que somos
culpables de lo que está sucediendo y entonces los problemas se acercan a
nosotros. No será en forma de personas que nos amenazan, será mucho peor que
eso.
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