Es decir, la plegaria debe provenir del corazón y
no de los reclamos. Nosotros nos sentimos felices de tener una petición por
medio de la cual desarrollar nuestro amor. La plegaria debe empezar demostrando la comprensión de
lo felices que somos al conectarnos a través de esta plegaria.
La plegaria combina dos polos totalmente
opuestos, pero lo principal en esta, es el punto de adhesión debido a la
sensación de que ambos participamos en una acción común. Yo tengo que descubrir
el deseo vacío que el Creador puede llenar. Y estoy gustoso de que he revelado
esta necesidad en mí; de lo contrario, nunca habría sido capaz de expresarme.
Aquí, las dos partes opuestas se combinan. La plegaria es alegría, no lágrimas
como se acostumbra a pensar en nuestro mundo.
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