Tú existes en la
medida en que evoques el deseo de otorgar dentro de ti con la ayuda de la envidia, la
ambición y la influencia del entorno. En el momento en que pierdes el deseo,
inmediatamente desapareces y dejas de existir. Simplemente se has
ido.
Sólo podemos
conseguir ese deseo del grupo. Este es nuestro deseo colectivo de que no existe
en ninguno de nosotros.
Por medio de
nuestra oración
la Luz que Reforma influye en estos deseos y ellos adquieren la forma
correcta de otorgamiento espiritual verdadero. Mientras tanto, yo lo pido de una
manera falsa, a pesar de ser parte de un grupo. Yo grito que quiero amar a los
amigos, conectarse con ellos, pero tengo que entender que todo es una mentira.
¡Pero es una mentira genuina de un niño que quiere crecer! Él simplemente no
puede imaginar algo más grande que eso.
Pero gracias al
hecho de que aparentemente quieres otorgar, tú atraes sobre ti la Luz superior
que corrige tu deseo. Es por esto que es llamado: “Trabajaste y hallaste”. Tú
haces un gran esfuerzo para alcanzar la meta, pero entonces la Luz opera en
ti y encuentras algo más, un verdadero deseo por la espiritualidad.
Tú comienza a
sopesar cómo llenar el deseo que recibiste y en qué medida. Ya te vuelves sabio
y trabajas con ese deseo. Lo examinas y lo pruebas de una u otra manera
elevandode nuevo una oración para que el superior te enseñe y te dé un
ejemplo.
Anteriormente no
querías el verdadero otorgamiento, pero ahora que lo quieres; tú pides que el
superior te dé un ejemplo de cómo hacerlo. Entonces Él se te revela un poco y te
muestra cómo actuar, y tú intentas imitar Sus acciones.
Después tú realizas
tu primera acción, aparentemente de manera exitosa, de repente todo se rompe y
cae. Es como si un niño pequeño colocara incorrectamente un cubo encima de otro,
y todo el edificio construido se derrumbara. Entonces, tú lloras un poco, puesto
que no tuviste éxito, ¡pero gracias a tu obstinación, al apoyo del entorno, a
la garantía
mutua, comienzas todo de nuevo!
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