Baal
HaSulam tiene un artículo titulado “La razón para la dificultad de
anularse uno mismo para el Creador”. Básicamente, esto es de la mayor
importancia. Después de todo, lo que hay hoy entre nosotros es nuestro ego, nuestro “yo”. Si
lo nulificáramos, sentiríamos inmediatamente al Creador según el grado de
nuestra anulación.
Mi egoísmo se
extiende desde mí hasta el mundo del Infinito. Gradualmente yo lo anulo; en
otras palabras, lo corrijo en 125 pasos y el Creador continúa manifestándose
cada vez más en el egoísmo corregido.
Marquemos mi punto
en el corazón en rojo. Es el yo y mi egoísmo está ante mí. Me elevo tanto como
puedo para cortar las “rebanadas” de este egoísmo, hasta que lo corrijo todo. Y
cada vez que lo corrijo; el Creador se revela en este.
De esta manera el
“yo” permanece ante nosotros, entre nosotros y el Creador. Es por eso
que el artículo es llamado: “La razón para la dificultad de anularse por el
Creador”.
La persona
experimenta dificultad cuando desea anularse por el bien del Creador, en otras
palabras, cuando desea sacrificar su “yo” por la cualidad de otorgamiento.
Después de todo, anularse significa dejar de preocuparte completamente por ti
mismo. Más aun, esta es sólo la primera etapa, yo comienzo a usarlo para
trabajar por el bien de otros.
Entonces, toda la
razón de que sea difícil anularse es porque la persona siente como el mundo
entero permanece en su lugar, pero ella desaparece ¿Entonces qué le queda? Al
parecer absolutamente nada. Ella deja su familia y amigos en aras de anularse
por el bien del otorgamiento.
¿Entonces qué soy
yo, mis amigos, familiares, el mundo, todo lo que está en mí y lo que tengo?
Surgen también otros problemas y preguntas. No importa cuánto quiera yo hacerlo,
de pronto siento que algo en mi interior me detiene una vez más, no me deja
elevarme o entregarme en pleno.
Por lo tanto el
ego, el único mal en el mundo, es multifacético. Y continúa revelándose más y
más. Parece que me elevé por encima de este, no necesito nada para mí mismo,
estoy dispuesto a entrar en otros y a existir sólo en ellos, pero tan pronto
como llego a este momento, inmediatamente aparecen en mí diferentes pensamientos
que me rompen, diferentes deseos, , intenciones que van en muchas direcciones y
una vez más pierdo la intención concreta, correcta.
Entonces, todo
este problema, la razón para la dificultad es simple, el problema es la falta de
percepción del Creador. Y lo único que puede ayudarnos con todos nuestros
esfuerzos es sólo la sensación, la revelación del Creador. No puede haber nada
más: O te sientes a ti mismo, permaneces en ti mismo, y este egoísmo
constantemente hace que te “estremezcas” dentro de él, llevando tus pensamientos
a otra parte, o el Creador se te revela y sólo entonces serás capaz de estar en
el poder del Creador, en el poder del otorgamiento y no en tu
egoísmo.
Y Baal
HaSulam escribe que tan pronto como la persona sienta al Creador, su alma,
su deseo interno inmediatamente querrá conectarse con la raíz, ser parte de
esta, anularse sin un solo pensamiento, haciéndolo simplemente de forma natural.
Necesitamos llegar a este estado, en otras palabras, necesitamos forzar al
Creador a que se revele en nosotros. Y entonces todos los problemas
desaparecen.
Por esta razón, lo
principal que la persona necesita alcanzar es la percepción del Creador con el
fin de sentir que es esta cualidad, esta fuerza, la que llena todo el mundo y lo
controla todo, que no hay nadie más aparte de Él. Ningún vacío del egoísmo
quedará sin llenar. Todo este se llena con el Creador y se vuelve su
“dispositivo de operaciones” absolutamente obediente haciendo todo de acuerdo a
la cualidad de otorgamiento, y conectándose con este sin un solo
problema.
La Luz superior
creó este deseo, lo rompió y lo moldeó en la forma que lo percibimos. La Luz ha
hecho específicamente el deseo de esta manera y lo cambia completamente al
llenarlo. Es por esto que lo principal que necesita alcanzar la persona, es la
percepción del Creador, sentir que esta cualidad llena el mundo entero y lo
controla y lo gobierna absolutamente todo.
Esto también está
sucediendo ahora, pero está oculto de nosotros con el fin de obligarnos a
revelarlo a Él, a desear Su revelación. Nosotros debemos llegar a tal grado de
impotencia en el que entendamos que sólo la revelación del Creador puede
salvarnos. Ninguna otra petición funcionará: reunirnos, darnos las intenciones
correctas, darnos fuerza, entender lo que está sucediendo, incluso unirnos,
todas esas cosas serán consecuencias de la revelación del Creador.
Y, Baal
HaSulam escribe que todo el esfuerzo de la persona en su trabajo espiritual
debe manifestarse en el alcance de esta sensación, en otras palabras, en la
realización del hecho de que en la realidad, lo único de lo que ella carece y
que resuelve absolutamente todos los problemas es la percepción del Creador.
Ella no debe pensar en nada más excepto en la principal recompensa que querría
recibir por todos sus esfuerzos: sentirse llenada por el Creador.
No hay preguntas
en este estado. Todo es claro ¿Pero perdemos en este caso nuestro libre
albedrio? ¿Nos volvemos “marionetas santas”? El Creador gobierna en nosotros y
nos obliga a operar sólo a través del otorgamiento ¿Significa que nos
convertimos en “ángeles”? No es así. Esto se debe a que la cualidad de
otorgamiento, la cual recibimos a partir de la percepción del Creador, no anula
mi egoísmo. Sólo lo llena, y juntos se vuelven como dos categorías, dos fuerzas,
dos cualidades que se complementan mutuamente. La persona sólo adquiere
verdadero libre albedrio cuando tiene esas dos fuerzas en igual proporción. El
Creador no suprime el egoísmo ni lo anula: Él lo equilibra de tal manera que la
persona adquiere la habilidad de estar entre esas dos cualidades, esas dos
fuerzas de la naturaleza.
Y entonces
comenzamos a hacer crecer nuestro punto en el corazón, conectando a este esas
dos fuerzas. Este crece como una gota de semen en el vientre de la
madre.
Baal
HaSulam continua diciendo que es necesario saber que no hay diferencia
entre una gran luz y una pequeña iluminación que la persona alcanza. Después de
todo, no hay cambios en la Luz. Todos los cambios sólo suceden en la
percepción.
En otras palabras,
nosotros siempre estamos en el valor de la Luz pleno, enorme, pero la sentimos
sólo según el grado de nuestra correspondencia, según la similitud de nuestras
cualidades con sus cualidades. Y sólo nuestros esfuerzos en revelar al Creador
crean las cualidades más elevadas en nosotros. Si la persona es capaz de
incrementar sus deseos dirigidos hacia la cualidad de otorgar, la petición
correcta, al mismo grado incrementa la cantidad de Luz que entra en
ellos.
¿Qué podemos hacer
para incrementar sus deseos, para expandirlos, prepararlos para la cercanía
con la Luz? La respuesta de Baal HaSulam a esto: alabar y exaltar al
Creador, las cualidades de amor y otorgamiento, las cualidades de relacionarse
con tu vecino y otros fuera de ti mismo.
Cuando la persona
actúa de esta manera, ella se siente agradecida con el Creador por haberla
acercado a Él, por darle al menos alguna base, algún punto de inicio, que le
permite comenzar a actuar de esta manera, elevarme por fuera de este mundo, de
nuestro estado egoísta. La persona adquiere la habilidad de sentir al menos
ligeramente al Creador, la cualidad de otorgamiento, de entender de cierta
manera aquellos de lo que hablamos en el grupo, tratando de encontrar este
centro, la sensación que surge entre nosotros.
Esos son ya
ciertos destellos preliminares de Luz, una iluminación cada vez más grande. Pero
los sentimos como si fueran nuestros deseos,
nuestros pensamientos y como si nos conmoviéramos y
encontráramos algo en nosotros. En realidad no somos capaces de encontrar nada
en nosotros. Cuando desarrollamos ciertas sensaciones, todas vienen sólo de las
vibraciones de la Luz, que está algunas veces cercana a nosotros y algunas veces
lejana. Cuando aparece entre nosotros una sensación de calidez, cuando
expresamos una conexión más grande, una red más amplia de relaciones, es sólo
porque la Luz superior está comenzando a manifestarse gradualmente.
Y lo principal es
que en adición a la importancia de todo esto, yo siempre debo estar consciente y
constantemente tratar de verbalizar dentro de mí cuán importante es para mí la
conexión con el Creador, este poder del otorgamiento, esta fuerza universal que
hoy está oculta de mí; cómo me dará la revelación de esas dos fuerzas la
oportunidad de actuar libremente, de ser como el Creador en relación a todos los
demás, en la misma intención, amor y otorgamiento.
Este no es un
accidente, fue el Creador quien le dio al hombre un punto en el corazón, lo
atrajo, le dio la oportunidad de avanzar espiritualmente. Él está con
nosotros, con todos los amigos alrededor del mundo. Y cuanto más importante
estime la persona que esto es, más expande sus Kelim, el lugar donde se
manifestará eventualmente la Luz, el Creador.
La gratitud con el
Creador debe ser siempre mayor que la petición; la petición debe seguir a la
gratitud de manera que mi actitud hacia la cualidad de otorgar, venga realmente
de mi movimiento en esa dirección. Y esto sólo sucede cuando me sintonizo con la
gratitud, con el aprecio.
Nosotros
necesitamos expresar gratitud por todo, incluso por las sensaciones menos
placenteras. De esta manera la persona comienza a entender la unicidad del
gobierno del Creador sobre ella. Ella entiende y se da cuenta de que todo,
incluso las influencias negativas que experimenta en este mundo, también está
destinado para su bien, para su beneficio. Y el Creador mismo sufre por ello un
billón de veces más que ella, justo como nosotros sufrimos en relación a
nuestros hijos.
Es por esto que no
debemos culparlo a Él por nada, ni estar molestos con Él, o sentirnos infelices
con algo. Cuando la persona entiende que está bajo la influencia de una Fuerza,
única, constante, eterna, entonces, por supuesto, este estado no puede existir.
Ella siempre, experimenta primero la sensación de enorme gratitud como si
estuviera fundiéndose en ello, entonces esta petición sigue la misma
dirección.
Pero, Baal
HaSulam escribe que dado que la persona sólo experimenta todo dentro de su
deseo, no es capaz nunca de evaluar precisamente el grado real de conexión entre
ella y el Creador. Esto se debe a que nuestros deseos egoístas, hasta que se
corrijan, siempre “ensordecen” la evaluación de nuestra conexión con el Creador.
No importa cómo lo perciba yo a Él, incluso si es de la mejor manera posible,
aun así tengo una sensación de ello, y la evalúo. Y mi evaluación es siempre
inferior. Esto es porque la hago en mis deseos egoístas, aún no corregidos y es
por esto que siempre permanezco infeliz por algo. El egoísmo remueve una gran
cantidad de “tonos elevados”, de “armónicos más altos”, de la percepción del
Creador y deja sólo una luz muy pobre.
Imaginen: En vez
de que mi amada aparezca ante mí para abrazarme y cubrirme con besos, se me
envía un pequeño paquete, y eso es todo. Similarmente, mi egoísmo al final
remueve absolutamente todo: yo recibo cierto paquete, que luce absolutamente
insignificante.
Nosotros debemos
completar esto por nuestra cuenta; esos “armónicos”, “tonos elevados”, las cosas
filtradas por el egoísmo, todas las cosas elevadas que éste “corta”, la actitud
especial, el placer y la sensación. Debemos añadir cosas que fueron filtradas
por el egoísmo al usar la gratitud y exaltar al Creador.
Si soy capaz de
hacer esto, entonces comienzo a percibir la manifestación del Creador
precisamente en esos “armónicos” adicionales. El filtro lo remueve a Él y me
deja con nada excepto con un obsequio pequeño, insignificante, un pequeño
resplandor y yo debo restaurarlo. Y lo restauro al dirigirme a Él con
admiración y agradecimiento. Entonces, al dirigirme a Él, el Creador se
revela.
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