lunes, 10 de septiembre de 2012

EL INDIGNO DE CORAZÓN PURO

En la Tradición Judía se habla de los “Tzadikim Nistarím”, conocidos popularmente como los “Lamed Vav Tzadikim”, treinta y seis justos ocultos que trabajan en silencio anteponiendo los intereses de su prójimo antes que los suyos propios en todo sentido, siendo sirvientes por excelencia de HaShem para la Torá.
El Tzadik Nistar guarda celosamente sus actos de bondad de la vista pública, llegando a aparentar que es una persona ordinaria, o incluso malvada. Este carácter encubierto del Tzadik en el judaísmo se traduce en la enseñanza de que todo hombre debe ser respetado, ya que aunque aparente ser malvado, podría tratarse de una persona de bien en su interior.
El Tzadik Nistar guarda celosamente sus actos de bondad de la
Esta es una historia original de la Torá Oral que figura en el Talmud de Jerusalén y que data del siglo III de nuestra era.
Durante una prolongada sequía, cuando ninguna plegaria podía obtener la lluvia ansiada, Rabi Abahu* tuvo un sueño en el que escuchaba una voz que le decía:

“Deja a Pentakaka (cuyo nombre significa en griego “cinco pecados”) orar y la lluvia caerá y la sequía llegará a su término” (Taan. 23a).

Fue así que Pentakaka oró y la lluvia cayó.
Estupefacto Rabi Abahu convocó al hombre frente a él y le preguntó:

-¿Qué clase de trabajo hace usted?

-Yo cometo cinco pecados por día- respondió Pentakaka.
Contrato prostitutas, atiendo el teatro y recojo las prendas de las rameras del baño, bailo y me contoneo frente a ellas mientras bato el tambor.

-¿Y qué buenas acciones hay en lo que usted hace- preguntó Rabi Abahu.

El hombre le explicó:
-En cierta ocasión durante la cual estaba limpiando el teatro, una mujer se presentó y se apoyó llorando detrás de una columna. Cuando le pregunté porque lloraba, ella me dijo:

“Mi marido está en prisión y he venido a prostituirme para así obtener mucho dinero y poder comprar su libertad.”

-Escuchando esto decidí vender todas mis pertenencias, incluso hasta mi cama con sus sábanas. Le entregué todo el dinero y le dije que fuera inmediatamente a redimir a su marido manteniéndose a sí misma libre de pecado.

Rabi Abahu le dijo:
-¡Tú mérito hace que tus plegarias sean respondidas!“ (JT Taan. 1:4)


Elias Pessaj
SER O NO SER
Aquí y ahora

*R. Abahu: Sabio Talmúdico, uno de los prominentes Amoraim de la tercera generación, discípulo de Rabi Yojanán bar Napajá, colega de Rav Zera. Vivió en Cesárea, la sede del gobierno romano proconsular en Israel. Era enormemente respetado por el gobierno romano. El Talmud relata que cuando pasaba Rabi Abahu "incluso los pilares de mármol de Cesárea lloraban."

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